jueves, 25 de noviembre de 2010

La Muerte de Roland ( leyenda )


Cuenta la leyenda que el famoso Roland, llamado así porque al nacer, cayó rodando al suelo ( rouland ). Era hijo de la princesa Berta, hermana de Carlomagno y del duque de Angers.

Roland vivió su infancia en parajes campestres de Italia y Francia, en contacto abierto con la naturaleza. Pasados los años se convirtió en uno de los mas famosos caballeros de la época, por su destreza, su porte arrogante y su extraordinaria bravura.

Con su tío Carlomagno, marcho un día al histórico combate que había de dar lugar a la derrota de Roncesvalles, en la que el emperador, viendo próxima la derrota y su ejercito desvencijado, huyo por los montes. Roland, como un cadáver mas, quedo allí, abandonado y herido , sepultado por el cuerpo inerte de su caballo.

Cuando volvió en si, y comprendio su precaria situación, se levanto con un sobrehumano esfuerzo apartando a su montura con ayuda de su poderosa espada Durandarte, y apoyandose sobre una roca. Dicen que todavía puede verse las huellas de sus dedos sobre la piedra, como testimonio de su descomunal fortaleza.

Roland contempló unos momentos el terrible panorama y trato de orientarse para buscar el camino a Francia; pero tuvo que hacerlo con cautela, porque el enemigo estaba al acecho. Después de dos días y dos noches, de grandes penalidades, trepando y escondiéndose entre los riscos, Roland consiguió llegar hasta el valle de Ordesa.

Una vez allí, solo tenia que trepar por las empinadas montañas que cerraban el valle. Pero el enemigo estaba cerca; ya podía escuchar el rumor de las tropas que lo perseguían, y notar el aliento de los perros que olfateaban su rastro. No obstante al ver que la noche se acercaba, hizo un esfuerzo mas y logro llegar ante el ultimo repecho de la montaña.

Cuando ya estaba a punto de lograrlo apareció la jauría de perros que le habían estado rastreando. Con su espada Durandarte logro darles muerte sin problemas, pero sus fuerzas se debilitaron aun mas. Miro hacia abajo y vio las tropas que con paso rápido ya lo habían localizado y se dirigían hacia el. Comprendio que no podía hacer frente a la tropa que le perseguía y realizo un ultimo alarde, lanzo su espada Durandarte al otro lado de la montaña, para hacer llegar un ultimo saludo de despedida a su patria; pero no lo logro y la espada resbalo por la ladera de nuevo hasta sus manos.

Hasta tres veces lo intento, pero con el mismo resultado. Sabiéndose muerto, con un esfuerzo sobrehumano, Roland lanzo su espada por ultima vez, con tal violencia que la espada golpeo la montaña y la partió, dejando una brecha abierta. Así Roland pudo ver por ultima vez su país.

Sus perseguidores lo encontraron muerto en este histórico lugar hoy dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y conocido desde entonces como la Brecha de Roland.

No hay comentarios:

Publicar un comentario