Pyrene es la ninfa de la mitología clásica de quien legendariamente procede el nombre del Pirineo, o los Pirineos.
Esta leyenda trata de explicar como surgieron unas montañas que recibieron de los primitivos habitantes el culto correspondiente a un Dios.
Cuenta la leyenda que el héroe Heracles vino a la Iberia, con el objetivo de robar los bueyes de Gerión, gigante monstruoso que trato de poseer a la ninfa Pyrene. Pero esta huyo y se escondió en una zona entre España y Francia. Gerión entonces incendio todo el lugar para encontrarla. Pyrene, a punto de abrasarse, grito desesperada y lloro, y sus lágrimas crearon los ibones. Heracles la oyó y acudió en su auxilio. Cuando la encontró, la ninfa estaba moribunda y solo tuvo tiempo de contar al héroe lo ocurrido.
Heracles, conmovido por el trágico final de Pyrene, levanto un mausoleo sobre su cuerpo muerto, amontonando todas las rocas y piedras que encontró, creando una gran cordillera que llamo Pirineos en recuerdo de Pyrene.