Fotos de las carreras de los años 1964 o 65 , septiembre 2011 y del famoso corredor de Arándiga de antes de la guerra ( años1927-1928) Mariano Barcelona Trasobares
Las carreras de todo tipo se desarrollaban por lo común el último día de las fiestas por la tarde al aire libre. Las carreras pedestres conocidas como carreras de pollos, eran imprescindibles en todas las fiestas mayores. Corrían por la carretera o por un camino hasta un punto determinado, donde daban la vuelta a un vigilante, que actuaba como juez de carrera y se aseguraba que nadie atajase el camino.
Los corredores eran tanto mozos como casados, pero a las carreras más prestigiosas acudían corredores de pueblos vecinos, atraídos por los premios y el prestigio que otorgaba ganar estas populares competiciones.
Los premios eran unos pollos vivos colgados de las patas de una horca: tres pollos para el ganador, dos, para el segundo, y uno para el tercero. Al último clasificado se le entregaba una cebolla. Las localidades más grandes añadían premios en metálico, la gente se situaba a lo largo del recorrido, los animaba y socorrían cuando se caían. Los músicos interpretaban las famosas polleras para animar la carrera.
Los primeros datos de las carreras en Arándiga son de 1897 ( F.T en Diario de Avisos de Zaragoza, domingo 3 de octubre de 1897 ) en las fiestas de San Cosme y San Damián se llevaban a cabo las corridas de pollos, que era el espectáculo más animado y que con más entusiasmo veían en la villa.
Hay una crónica de Heraldo de Aragón fechada el miércoles 4 de octubre de 1905, que en las fiestas organizadas por la Hermandad de la Purísima Concepción, el día 27 de septiembre por la tarde, hubo corridas de pollo, en la que ganó el premio el vecino de este pueblo Antonio Moreno.
Pero la mejor constancia de las carreras pedestres en Arándiga datan desde principios del siglo XX, casi siempre se han celebrado en las fiesta en honor a San Cosme y San Damián (a principios del siglo XX organizadas por la Hermandad de la Purísima Concepción), estas carreras, después de la guerra, tenían lugar en círculo en el recreo del grupo escolar, en ellas participaron los corredores más famosos en esos momentos, y la carrera era amenizada con las correspondientes “polleras” que interpretaban las bandas de música presentes en las carreras.
Antes de la Guerra Civil fueron celebres los corredores locales Mariano Barcelona y Manuel Grima; después corrieron los hermanos Ostariz.
Ya en los años 60-70 del pasado siglo el mismísimo Mariano Haro olímpico en México 64, Munich 72, Montreal 76, subcampeón del mundo de cross en el 73 y campeón de España de cross en el 77, participó en varias ocasiones en Arándiga.
Una vez acabada la carrera llamémosla de los profesionales, se disputaban otras para niños de diferentes edades, para delirio de padres y abuelos.
Hubo un tiempo en que por desgracia la carrera pedestre de Arándiga se perdió, pese a sus premios y primas donadas por particulares, empresas y peñas. Este dinero servía para aumentar los premios oficiales, a su vez hacia la carrera mucho más competitiva, ya que con las primas se solía animar a dos o más corredores a luchar por ellas, y con ello se conseguía estirar la carrera, por lo que todos los corredores debían estar muy pendientes de estas primas para no quedar rezagados.
Pero, gracias a la labor del Ayuntamiento y los Comuneros de Calatayud, se vuelven a recuperar las carreras en el año 2005, se deja de correr en círculo en el recreo del grupo escolar, y ahora se corre sobre un circuito urbano, ubicado en la calle Arrabal.
Con este artículo vamos a rendir homenaje al los mejores corredores pedestres que ha tenido Arándiga antes de la Guerra Civil, Mariano Barcelona y Manuel Grima estos atletas se presentaban en las carreras después de haber estado todo el día trabajando en el campo sin desfallecer en las labores más duras (viñas, arrancando remolacha etc.), después se desplazaba a disputar la carrera a las localidades de la zona, que en ellas se celebraban (Ricla, Epila, Calatorado, etc.).
En primer lugar aprovechar para dar las gracias a Celedonio García estudioso de las carreras pedestres en Aragón, por aprovechar datos de sus libros y poder escribir las crónicas que en aquellos tiempos daban los periódicos sobre las carreras pedestres celebradas en los pueblos.
Crónicas
En Ricla se organizaban varias carreras durante el año, unas celebradas durante las fiestas de las cofradías y otras en las fiesta patronales.
En 1927 el vencedor de la carrera pedestre fue Mariano Barcelona, de Arándiga, seguido de Antonio Lausín y José Navarro.
El siguiente año, el 14 de octubre de 1928, la carrera pedestre se celebró a las tres de la tarde, con un recorrido de 30 vueltas, equivalente a unos cuatro kilómetros y medio, Mariano Barcelona, de Arándiga, repitió triunfo, seguido en la clasificación de Fructuoso Cagidos, de Arnedo, y Manuel Grima, también de Arándiga; en esta carrera se inscribieron 10 corredores. Al público le extrañó mucho que no participasen los tres corredores más destacados de la localidad. Mariano Barcelona demostró plenamente la justa fama de que venía precedido.
Los premios consistieron en 25, 15 y 10 pesetas, respectivamente.
Al día siguiente (día 15) se celebró otra carrera pedestre a 40 vueltas en el mismo circuito del campo de fútbol (poco más de 5 kilómetros). Venció Mariano Barcelona, que invirtió 16 minutos, seguido de Fructuoso Cagidos. Según las crónicas, Mariano Barcelona era un “verdadero fenómeno corriendo“.
Si este atleta fue capaz de hacer en el 1928, poco más de cinco kilómetros en 16 minutos, qué hubiese sido capaz de hacer, si hubiese estado bien preparado como los atletas de hoy, ya que como he apuntado antes, iba a correr después de haber trabajado en el campo en las labores más duras.
En Calatorao, en honor del Santísimo Cristo se celebraban las fiestas patronales, en las que no faltaban casi nunca las corridas de hombres y niños. Ya en 1902 los premios que se entregaban a los vencedores consistían en pollos y dinero. Las carreras pedestres también recibían el nombre de corridas de peones. En 1928 el famoso corredor de Arándiga, Mariano Barcelona, sacó tres vueltas al segundo y cuatro al tercero. En los años treinta los premios de las carreras eran de 40, 30 y 20 pesetas, abandonando los típicos pollos como premio.
En Épila, en el siglo pasado, los actos profanos de las fiestas de San Pedro Arbués estaban compuestos por iluminaciones, fuegos, bailes, música, corrida de toros y las corridas de pollos. A principios de siglo, en las carreras ya se concedían premios en metálico, unas veces con los pollos y otras como único premio. En 1928 la carrera la ganó el famoso corredor de Arándiga Mariano Barcelona, el segundo fue Pedro Martínez, de Mesones, y el tercero Domingo Marín, de Gotor.
Hoy en el siglo XXI, Arándiga, para no perder la tradición, también tiene atletas que sus padres descienden del pueblo como son: Federico García Rueda y Daniel Fuentes Martínez (el chico de Arándiga). Este último fue uno de los cinco corredores que tomaron parte en el “desafío hombre contra caballo” que se celebró en las fiesta patronales de Lanaja en honor de San Mateo, el 24 de septiembre 2011, ha sido el corredor que más primas ha ganado en las carreras pedestres en 2011 (celebradas por todo Aragón), y fue el segundo clasificado en la XXVII Carrera de la Solidaridad (Binéfar 2011).
Como podemos ver, en todas las épocas Arándiga ha tenido atletas que han paseado su nombre allí donde había una carrera para disputar.
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